Esta película trata uno de los temas sociales que en nuestra modesta opinión más se han de cuidar como es la Educación. Padres, Maestros y Administraciones, es decir, toda la comunidad educativa deben tener una estrecha relación para que todo funcione de manera satisfactoria. "Y se ha de empezar la casa por los cimientos, desde abajo", de ahí que la acción trascurra en una escuela de Educación Infantil.
En nuestra opinión consideramos que es una película bastante pesimista, muy dura y enfocada de una manera bastante dramática, triste y apagada, mostrando casos extremos de familias que viven en un entorno social, cultural y económico bastante pobre. Sí es cierto que en muchos aspectos muestra la realidad existente en muchas escuelas hoy en día, y se plasman mucho de los problemas que ocurren en la educación pero no es frecuente en el entorno que nos movemos dado que este es bastante diferente al mostrado en la película.
Daniel, el profesor, mantiene una comunicación con sus alumnos muy cercana, muy gestual y muy paciente, mediante juegos y canciones; les trata con cariño, actúa ante ellos como docente y en muchos casos les entrega su afecto y cuida de ellos, protegiéndoles de las pésimas situaciones del exterior. La relación con sus compañeras de profesión es igualmente amable, comprensiva y de colaboración. No es severa, aportando consejos ante situaciones delicadas y problemáticas. Con las autoridades, Daniel procede de manera menos flexible, critica la falta de atención de las instituciones públicas hacia la escuela, y actúa de manera violenta ante la asistencia social, que descuida a unos alumnos repletos de problemas, y descuida las necesidades de una escuela de educación infantil. Daniel tiene una comunicación muy cercana con las familias de los niños, pretende que las familias colaboren con la escuela, que los niños sientan la cercanía de sus padres. En algunos casos, Daniel actúa como asistente social, visitando las casas de sus alumnos, preocupándose de la situación en la que viven e intentando mejorarla. La comunicación con su compañera es sincera, cómoda. Le ayuda a resolver problemas y le devuelve el ánimo y la fe para proseguir su labor de director de escuela. Es un apoyo muy importante para él. En cuanto a la comunicación del hijo de su compañera, hay momentos en los que existe una relación estable, normal, pero a lo largo de la película, la comunicación se enfría debido a que el niño comete la falta de permitir que se robara en la escuela de Daniel. Tras el altercado, Daniel golpe al niño. A partir de entonces no existe comunicación entre ambos. La película muestra como más adelante la comunicación vuelve a establecerse entre ellos, ahora más cómoda y más familiar. 
Daniel Leflet, de 40 años, es el director
y profesor de una escuela infantil que sin eludir sus propios problemas
personales, emprende una lucha enfrentándose a toda la precariedad que rodea al
centro donde imparte sus enseñanzas a niños pequeños, a veces viéndose obligado
a ejercer como asistente social, y luchando contra la miseria moral y material
de algunos de los familiares de los alumnos.
Él es un hombre extremadamente amable y paciente, pero no
duda en ponerse firme para defender sus convicciones en determinados momentos.
La gran cantidad de problemas que caen sobre él le harán flaquear, y cansado de
cargar con semejante peso, Daniel llega a plantearse la posibilidad de dejarlo
todo y claudicar, algo a lo que finalmente renunciará gracias al apoyo de su
familia y de sus amigos.
La actitud del protagonista nos parece muy positiva y correcta ya que se mueve mucho pos los problemas de los demás e intenta ayudar y resolver lo máximo posible, dentro de las
posibilidades, de la situación en la que viven y con la economía tan baja que
tiene el colegio. Sí que es verdad que es bastante paternal, pero para trabajar
con los pequeños es correcta esa actitud, ya que los niños necesitan un trato
similar al que le dan sus padres para sentirse cómodos y poder desarrollarse.
Es una actitud real, y pensamos que muchas personas en su
lugar actuarían de la misma manera que él.
Daniel, el director, Es un hombre que se implica en todos los aspectos que le comprometen dentro de la escuela sin imponer lo que él piensa. Cuenta siempre con todo el claustro de profesores para todo. En un hombre comprometido con lo que hace y las ganas y el esfuerzo se notan, aunque no siempre llegue el buen resultado cuando él espera. La relación que existe entre el director y el claustro de profesores es una relación ideal entre todos ellos. Se ayudan siempre y cuentan los unos con los otros sin imponer criterios e ideas. Algo, en nuestra opinión, casi imposible hoy en día en las grandes escuelas. Las maestras siempre están dispuestas a ayudar a Daniel y a apoyarle en todo. La implicación del centro con las familias es La implicación es absoluta. Daniel y el resto de docentes se preocupan en todo momento de lo que le ocurre a cada una de las familias por separado. Llaman a asuntos sociales, les da de comer a los niños, les lleva comida a sus casas (como en el caso de Leticia) .Daniel quiere, por encima de todo, que los niños estén sanos, bien alimentados, vestidos, aseados, que sean muy felices y por último añadir, que disfruten de su infancia e inocencia, y que no les afecten los problemas de los mayores. Los servicios sociales proporcionan una deficiente respuesta a Daniel cuando más lo necesita. Los vínculos entre el director y los alumnos es muy estrecho y podemos comprobarlo a lo largo de toda la película el ejemplo más claro que observamos es cuando el niño que ha sufrido maltrato por parte de su tío le confiesa a él quién le ha hecho daño esto es un síntoma de confianza; otro ejemplo podemos verlo cuando los niños/as entran y salen al centro escolar, como le saludan alegremente, sonríen también podemos verlo en la fiesta que se celebra al final de la película, como baila con una niña en la actuación sobre el escenario, se sube y participa con ellos como uno más y los niños/as se muestran encantados cuando hay dos niñas a las que se le retira el derecho a comer en el comedor por el impago de la cuota y el director junto a una profesora comen con las dos niñas en un aula dialogando con ellas. En esta película se pueden apreciar multitud de sentimientos y sensaciones, que son transmitidas al espectador a través de diferentes personajes, pertenecientes a un entorno social poco propicio para el desarrollo de muchos niños. Daniel muestra en sus acciones, en su forma de actuar con los niños e incluso con los adultos con dificultades sociales, una gran solidaridad; manteniendo con ellos una actitud de entrega durante todo el desarrollo de la película, independientemente de los problemas que estos tuvieran. El director de esta escuela infantil, también tiene una actitud de compromiso con su mujer y su hijastro, a pesar de que este hubiera entrado a la escuela con sus amigos y la hubieran destrozado. Daniel siempre que trata con los niños o dialoga con ellos muestra afabilidad en sus palabras, mostrando su lado más agradable al tratar con los más pequeños. Muchas de estas actitudes se pueden observar también en algunas de las cuidadoras del centro, aunque no en todas; influyendo de gran manera la edad de estas. La colaboración entre las profesoras del centro esta presente en algunos momentos, como por ejemplo cuando deben unirse todas para recoger el centro después de que este haya sido asaltado por un grupo de jóvenes La amistad es un valor importante para estos niños con tantas dificultades para educarse y lograr un buen futuro. La irresponsabilidad se puede observar seguidas veces a lo largo de toda la historia. La mayoría de estas ocasiones está protagonizada por los padres, que no llevan a los niños a la escuela por diferentes motivos no justificados. También muestra una gran irresponsabilidad la administración de la cuidad. En la película se muestra la violencia doméstica contra los más pequeños, por parte de miembros de la misma familia. Ante este tipo de situaciones, Daniel intenta denunciar y hacer todo lo posible para que esto cambie, pudiendo así acabar con la violencia.
